14 junio, 2007

Dos Cerdos (Gorrinos) ante el umbral de su muerte.

La conversación de dos cerdos ante el umbral de su muerte.
Por Pedro y Marcos Morán. (De Casa Gerardo –Prendes Asturias)

En el ruidoso matadero se entremezclan las conversaciones a la espera de la matanza, pero tal vez la más sorprendente es la de un inocente cochino junto a su igual...
— Esto es un desastre, nos van a matar, ¡asesinos, asesinos!
Cállate que me estresas un montón y luego estoy correoso.
– Pero ¿por que estas tan tranquilo? ¡Que estos nos van a degollar! Pero si yo no he hecho nada, no me he metido con nadie, estaba hasta hace poco ahí en el campo comiendo y dando vueltas sin molestar.
¿Y te parece poco? Anda, espera que te cuente. Creo que a ti te han faltado algunas clases. Tienes que entender que has sido toda tu vida un privilegiado. Nos han cuidado como a dioses. Cada bellota que come­mos es el trabajo de un montón de gente que se esfuerza para que ahora nosotros les premiemos con nues­tro sacrificio.
– Perdona pero si llamas privilegio a morir y encima que te llamen cerdo...
— Orgullo te tendría que dar que te llamen cerdo. Yo no me cambio por ningún otro. ¿No te das cuenta que tras esta fila de compañeros esta el infinito? Participaras en las mas importantes reuniones, te probaran los mas afamados gourmets... hay gente que hasta se obsesiona por nuestro sabor. Somos superdotados, seres superiores, venidos del olimpo del gusto para dar placer a quien tiene la suerte de probarnos. Además, en estos dos anos ¿quien te ha agobiado?, ¿quien te ha molestado? Has comido la mejor bellota, te la han varillado para que tu solo tuvieses que descascarillarla, has disfrutado del sol de una tierra esplendida, has estado en total libertad, que menos que ahora afrontarlo con el orgullo de que eres el resultado de un trabajo bien realizado...
– Vale, vale, me has convencido, pero ¿que hay después de la muerte?
– Pues después de la muerte en nuestro caso viene el despiece, nos cogen y nos separan las piezas según su estructura y valía, de todas estas la mas apreciada es la pata trasera con la que se va a hacer el jamón, lo salan y lo guardan en bodegas oscuras para continuar allí cuidándolo como nos han hecho en la dehesa.
— ¿Y eso para que nos lo hacen?
— Para que tu carne fije los sabores de esas bellotas y hierbas de la dehesa que has degustado como cerdo que eres. En tu carne y en tu grasa se concentra el sabor mas excelso del mundo, tu papada, tus orejas, el lomo... incluso con nuestras entrañas se hacen autenticas maravillas.
—Jo, que rabia me da no probarme.
Tranquilo, porque los que te prueben te valoraran como uno de los manjares más importantes.
Ah, pues tienes razón. Vayamos prestos al servicio de los que nos aman, con elegancia, con orgullo, con chulería... con los andares del cerdo.
Así me gusta.
Solo pido una coca: llegar a formar parte de una fabada en Casa Gerardo.
Ya verás como así será...