24 noviembre, 2013

ORIGEN E HISTORIA DEL PLATANO Musa paradisiaca L.

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Articulo de Ernesto Vergara Cantillo, Ingeniero Agrónomo.


Por las diferentes formas de participar en la alimentación: cocidos (verdes o maduros) o como frutas frescas; por su doble función: alimento y medicina; por haber mitigado el hambre al ser humano durante siglos y haber conquistado el mundo, la especie del Plátano es considerada el rey de los vegetales.
Los bananos y plátanos representan el cultivo frutícola número uno en el mundo, tanto en términos de producción, alrededor de 98 millones de toneladas, como de comercio, valorado en más de US$ 4306 millones.
Se considera que el banano, como se conoce internacionalmente al fruto del Plátano, fue una de las primeras frutas cultivadas por el hombre; las referencias más antiguas concernientes al Banano aparecen en el Ramayana, un poema épico escrito en sánscrito hace siglos.

Analisis de la minuta, re-editado

Re-Editado
¿Verdad que usted sabe leer una minuta? ¿Incluso interpretándola "entre líneas"? Si usted es capaz de contestar a mi pregunta con un sí valiente, decidido, puede presumir pero si usted no se atreve a hacerlo, siga leyendo con aten­ción.
La minuta tiene varios aspectos. Ante todo tiene un anverso y un dorso; pero tiene también un aspecto culinario y otro que alcanza nada menos que a la historia de nuestra imperecedera civilización, y en el peor de los casos también tiene su lado bueno y su lado malo. Lo que seguramente le interesa al lector será el aspecto culinario, mas espero que también sentirá un poco de curiosidad por lo que se refiere a los elevados intereses culturales.
El aspecto culinario de una minuta consiste en la enumeración, a veces prolija, de manjares de toda índole. La minu­ta modesta se limita a la indicación de algunas sopas, entremeses, plato principal y dulces o postres; la de más importancia comprende muchas categorías. 

Primero aparecen los entremeses pomposamente llamados "hors d'oeuvre", luego las sopas bajo el concepto de potajes, después, por lo general, sigue el pescado, les poissons. Mas tarde vienen otro: entremeses deliciosos, que el chef denomina "entrees", pero que no tienen que ver nada con la entrada del hotel.
Y después de este preludio siguen los platos fuertes, los asados, rotis y grillades al horno o a la parrilla que se conocen bajo la denominación genérica de "plats de resistance" aunque en rigor no hay nadie que se les resista. Tras esto viene una larga lista de quesos de todos los olores y el final lo constituyen los deliciosos postres. Una minuta tan desorbitada, que en la jerga hotelera recibe el modesto nombre de La Grande Carte, puede hacer que quien no la entienda se desespere o se muera de hambre. Para complicarle más la cosas, la carta se escribe en francés y se llena con denominaciones fantásticas en un "argot culinario galo-latino" capaz de causar las mayores dificultades a un académi­co. Por ejemplo,¿adivinarían ustedes que "Les danseuses de la riviere" no son más que truchas au bleu? ¿o que una “selle de presale chausseur”, es en la vida cotidiana, un vulgar lomo de cordero con setas? También una “galantine decoree demimonde” no puede ser confundida con una escotada y galante demimondaine. Aunque tal señora sea muy atracti­va, en este caso es solamente una gallinita tierna, a la que se le han quitado los huesos rellenándola de nuevo y dejándola bien adornada.
Naturalmente, no siempre es la cosa tan difícil, pero a veces aún puede ser peor. Para componer una comida razo­nable con esta importante hoja de doble folio a la vista, hay que encararse con ella provisto del instinto de un Luculo, de la astucia de un diplomático, de los conocimientos de un historiador y de la bolsa de un magnate. Cierto es que exis­ten algunas normas fundamentales. Así por ejemplo, los “hors d'oeuvre fríos” se comen antes de la sopa; los calientes, sin embargo, como tambien el pescado, se comen después. Los hors d'oeuvre fríos es mejor comerlos solo a mediodía; por la noche se deben elegir hors d'oeuvre calientes.
La selección de la sopa depende de los hors d'oeuvre y del plato fuerte, y para ello hay que tener en cuenta, por una parte, la sustancia básica y, por otra parte la prepa­ración.
Cuando se ha elegido pollo, por ejemplo, naturalmente no podemos tomar antes caldo de gallina, pero si hemos elegido un tournedos, no elegiremos caldo de vaca. Junto a un plato preparado con crema de leche, no tomaremos una sopa a la crema, sino un caldo. Si el primer plato consiste en pescado hervido, en el segundo plato no se debe elegir carne también cocida, y viceversa, a un pescado frito no le debe seguir tampoco carne igualmente frita.
En una comida solo debe elegirse un plato de pasta de cualquier clase o que la contenga. Por ejemplo, empanadas como hors d'oeuvre y mille feuilles de postre, será una falta estilística tan grave como presentar el plato de queso des­pués de unos filetes a la vienesa cordon bleu. Lo mismo su­cede si usted elige una sopa crema de espárragos, y seguida­mente, para el postre pide crema de chocolate.
Incluso el color de los manjares reviste su importancia. Si, por ejemplo, usted encarga una mayonesa no debe pedir después una crema de vainilla, ni tras una sopa de harina tostada un estofado con harina igualmente tostada; todo ello comprometería mucho su reputación social y culinaria. Un hors d'oeuvre frió exige siempre un postre caliente.
Por consiguiente el modo de empleo más genérico de la minuta seria breve y concisamente el siguiente: Nunca pidas dos platos que tengan la misma sustancia básica, análoga preparación o idéntico color. Cada plato tiene que ser completamente distinto a los otros que le acompañan.
El aspecto cultural de la minuta es también interesante. En la Grande Carte los personajes celebres de todos los si­glos se dan cita. Allí se encuentran dioses, diosas y reyes de la Antigüedad; emperadores y emperatrices de todas las di­nastías; famosos príncipes de la Iglesia y tristemente cele­bres cortesanas; artistas talentudos y degenerados de todas las épocas y estilos; exploradores, inventores, sabios; derro­chadores geniales y aventureros dejados de la mano de Dios, todos estos personajes aparecen en primer plano junto con los grandes artistas de la cocina.
Donde quiera que usted encuentre en una minuta el nombre de Florentine, piense que aquel plato guarda relación con las espinacas; si se dice a la Dubarry, entonces ten­drá usted el placer de comer coliflor. Un plato a la Bruxel­loise ira siempre acompañado de coles de Bruselas; napoli­taine, a su vez, indica que hay macarrones. Potaje a la Por­tugaise es siempre una sopa con tomates, y todo lo que suene a Parmentier, tiene alguna relación con las patatas, ya que el buen Antoine Auguste Parmentier (1737-1817), far­macéutico de profesión, contribuyo a la divulgación de la patata en Francia de modo decisivo. Por eso si usted encar­ga una Salade Parmentier, no se asuste si halla tan solo una simple ensalada de patatas. La garniture a la Vichy consta de zanahorias, y a la Polonaise es la verdura en general, lo mismo coliflor que espárragos, preparados con mantequilla caliente y miga de pan, vertidos sobre la verdura. Usted de­bería saber que el calificativo a la chasseur solo quiere decir que por aquel plato andan las setas.
Las judías blancas como guarnición dan al plato el cali­ficativo de a la Bretonne, y algunos cocineros filarmónicos a veces dicen a la Mozart.
Los espárragos como adorno, dan el nombre de Argen­teuil, y exactamente igual se llama la sopa de espárragos. Las puntas de espárragos, sin embargo, dan el encopetado calificativo de a la Princesse. Potaje Saint-Germain es solo una sopa de guisantes, la garniture a la Saint-Germain cons­ta, pues, igualmente, de guisantes. Se dice "a la tirolesa" cuando hay rodajas de cebollas y tomates fritos; a la Baloise bastanlas cebollas. También la denominación Marquise de Soubise va acompañada del olor de cebollas, pues tal seño­ra inventó el puré de cebollas, por lo cual el nombre de di­cha dama aparece en todo libro de cocina. A la Suisse, natu­ralmente, siempre guarda relación con queso, y a l'Indienne siempre tiene que ver con el curry; a la Zurichoise, es algo con cominos; a la Bernoise, en toda Suiza, es la denomina­ción de un lento y largo proceso de preparación. (Aquí tengo que hacer una observación, aunque mis estudios no estén aun terminados del todo, y es que a la Grisonaise podría ser una preparación parecida, si bien generalmente se trata de carne secada al airee. El plato berries por excelencia en el fondo debería contener patas de oso grillees, mas, como se sabe, los berneses no comen sus osos, tan solo los miman y contemplan.)
Las bolas berlinesas se encuentran también en muchas minutas. Se llaman así porque en general son tan secas que tapan la boca incluso al mas charlatán berlinés. Si usted tro­pieza con un Steak Hambourgois, desconfíe: se trata de un vulgar beefsteak picado, que tiene muy poco de beef. En el fondo debería llamarse filete a la Loreley, ya que "yo tam­poco se lo que significa". (La canción de la Loreley dice: ich weiss nicht, was soli es bedeuten. No se lo que eso quie­re decir...) Los Buenos cocineros hace tiempo llaman a todo plato picado a la Pojarski. Este Pojarski fue un héroe nacio­nal ruso que hacia picadillo a todo el que se le cruzaba en el camino. Y con esto hemos llegado a los rusos, pueblo que se distingue por dos cocinas completamente distintas: la famo­sa cocina nacional con muchísimas especialidades, y por otra parte la Hexenkeuche (cocina de brujas) política. Ensa­ladilla rusa en el sentido gastronómico es una mezcla fina de patatas, nabos, guisantes, pepinillos, alcaparras, lengua, jamón, mariscos y muchas otras cocas más. Un plato a la Russe, en rigor va siempre adornado de caviar. Mas como el caviar es tan caro y solo ejerce su influencia benéfica cuan­do se come en cantidades respetables, los cocineros pesimis­tas, con razón, generalmente lo suprimen. Es lógico que se lla­me a la carne completamente cruda a la Tartare, pero no com­prendo por que se dice "a la inglesa" a la carne semi cruda.
El que quiera explicar al camarero que su beefsteak debe estar sangrando debe decir: un beefsteak au bleu.
¿Conoce usted ya a los hermanos del beefsteak? Primero deberíamos citar al pequeño tournedos, que exactamente traducido querría decir "lomo giratorio". Mas, ¿quien no pensará en lomo de cerdo? ¿Por que se llama así? Al prin­cipio esta pieza del filete de ternera se cortaba muy gorda y se hacia en el centro de la misma un corte profundo que ca­si la partía en dos, se sazonaba y luego se asaba, dando vuel­ta a ambos lados, de ahí tal nombre.
Espero que les baste esta explicación; o ¿acaso usted tambien es de los que creen que se dice tournedos porque dado su tamaño reducido uno se lo puede tragar antes de que el camarero nos vuelva al espalda?
El hermano mayor del beefsteak se llama Chateaubriand. Tiene bastante peso, y eso le hace creerse muy distinguido. Su padrino de bautizo fue el vizconde Francois Rene de Chateaubriand (1768-1848), hombre famoso no solo por el gran trozo de carne que perpetua su nombre, sino por sus obras literarias iniciadoras del movimiento romántico, y más aun por su fiel amor hacia madame de Recamier. ¡Muy francesa armonía de carne y espíritu! Mas no fue el mismo escritor el inventor del filete así llamado, sino su jefe de co­cina llamado Montmireil. (A cada uno lo suyo.)
Todo el que desee comer pescado, ha de saber en que consiste la preparación a la Meuniere. A la Henri IV signifi­ca o bien algo con gallina o algo acompañado con salsa bear­naise, pues a este rey francés se le conocía con el sobrenom­bre del Veranees, de Béarne (Navarra francesa), su patria chica y, primera propiedad.
A la Bordelaise y a la Bourguignonne es siempre cosa que tiene que ver algo con vino, esto es evidente. En la primera de ambas preparaciones se sirve una salsa de vino tinto pre­parada con tuétano; en la segunda, con mantequilla. A la Mornay, es un plato siempre espolvoreado con queso, por lo cual se necesita una salsa bechamel.
Brillat-Savarin, el famoso gastrónomo, se halla tambien eternizado en las obras de arte de la cocina. Todo lo que lle­va su nombre tiene tambien un adorno de menudos de be­cada. La razón es que aquel celebre juez del extraño tribu­nal de apelaciones de que ya hemos hablado, solía llevar un par de becadas muertas en la levita para preparárselas des­pués que habían hecho allí oscura cuarentena varios días. Solo así adquirían el gout de la peau por el preferido. No se si tambien con su redingote se hizo un no menos sabroso caldo.
Donde haya trufas negras la comida se llama a la Peri­gourdine; las blancas, sin embargo, dan el calificativo de a la Piemont, pues tal es la patria de este fruto de la tierra con color de ajos, y consagrado a la diosa Venus.
Tema de especial discusión en las grandes minutas de Francia es el homard a l'Americaine, la langosta a la ameri­cana. A los aficionados a la langosta se les sube la sangre a la cabeza apenas oyen esas dos palabras juntas homard y ame­ricaine, y hasta ruegan al jefe de cocina en tono de jurado, que ponga a este plato su verdadero nombre, es decir, Armo­ricaine. El entendido astuto se sonríe placidamente, pues cree saber que este modo de preparar la langosta se debería llamar a la Provençale, mientras que un señor panzudo ca­paz de seguir sus antecedentes hasta los tiempos de Taille­vent nos asegura que la receta proviene de la Bretaña, y que todo lo demás es un simple error. Aquí tropezamos con un problema de gran trascendencia, ya que si no podemos saber exactamente como ha de llamarse el buen plato de langostas, menos aun sabremos comerlo. La consecuencia es que ningún gourmand honrado tiene ya valor de confesar a sus amigos que en Paris, por un buen homard a l'Americaine, sacrificó, la visita a todos los cabarets y hasta a las turísticas caves existencialistas, pues ¿quien podría decir con seguridad que no se reirían de él? Pues bien, a mi este problema no me dejaba en paz y me siento en gran parte responsable de la paz del alma de todos los gastrónomos honrados cuya confusión he contribuido a crear. Por eso me lance en busca del enigma y he de confesar que no me faltaron sorpresas. Mas de una vez recordé la frase clásica de una novela del Oeste: "Sin ruido sonó un tiro y como si le hubiese tocado un rayo, el piel roja traidor se desplomo lentamente de espaldas". Pues bien, de mi homard a I'Americaine pasando por Armoricaine, Provenpale y Bordelaise, salio un homard a l´Italienne.

Sacado de Historia de la Gastronomía de Harry Schraemli.
Interesante libro que entre otros debería ser leído por los amantes de este noble arte que es la gastronomía

24 junio, 2013

Ficha del Arca del Gusto de Slow Food

Tal vez alguno esté interesado en colaborar en esta propuesta de Slow Food. No hace falta ser socio. Se trata de rellenar una ficha propuesta para el Arca del gusto.
En las fotografías se puede leer el cuestionario y la dirección a donde mandar la ficha una vez que esté rellena.
Gracias a todos.

30 mayo, 2013

La cocina china por Estitxu López de Munain


El gran filósofo chino Lao Tzu en cierta ocasión dijo: “Gobernar una gran nación viene a ser como cocinar un pequeño pescado”. Lo que quería decir era que a la hora de gobernar un país hay que saber emplear los condimentos y dar los toques adecuados para obtener buenos resultados. Esta metáfora es una clara muestra de la importancia atribuida a la comida por los chinos.

29 abril, 2013

Alimentarse de productos locales y de temporada beneficia al medio ambiente, la salud y la economía


Si carnívoro es el que ingiere carne y vegetariano el que basa su dieta en los vegetales, un "locálvoro" o "localtariano" es un consumidor de productos locales. Los seguidores del "localtarianismo", cada vez más numerosos en algunos países, recuerdan el impacto medioambiental del tráfico internacional de productos alimenticios, y resaltan las ventajas para la naturaleza, la salud y la economía de consumir alimentos locales y de temporada.

La mundialización del mercado alimentario permite hoy en día disponer, durante todo el año, de productos de cualquier lugar del planeta y fuera de temporada. Para ello, el transporte internacional de dichos productos ha tenido que crecer al mismo ritmo que su consumo, con el impacto medioambiental que supone. El aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) o la propagación de especies invasoras son algunos de sus efectos negativos más importantes.
El aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero o la propagación de especies invasoras son algunos de los efectos negativos del transporte internacional
En algunos casos, se producen largos y curiosos viajes, como ponía en evidencia un artículo del diario The New York Times: bacalao pescado en Noruega, enviado a China para su fileteado y devuelto a Noruega para que lo exporte al resto del mundo; limones argentinos vendidos en los mismos lugares de España tradicionalmente productores de dichos cítricos; guisantes kenianos que abastecen la mitad de los mercados europeos; o kiwis italianos vendidos en Nueva Zelanda, donde es la fruta nacional.
Frente a estas idas y venidas, los "localtarianos" propugnan consumir productos elaborados en su ámbito cercano. Los seguidores de esta dieta aseguran que sus ventajas medioambientales, sanitarias, alimentarias y económicas son muy diversas:
  • Evita el transporte internacional de productos, y con ello su impacto medioambiental.
  • Defiende la biodiversidad doméstica, puesta en peligro, al procurar la supervivencia de las especies autóctonas.
  • Es más segura, ya que sortea los problemas de transmisión de enfermedades del tráfico internacional y está más vigilada, al tener más limitado y controlado su origen y destino.
  • Permite unos productos más frescos, sabrosos y duraderos, al ser producidos en temporada, sin necesidad de conservantes y con un menor o nulo uso de pesticidas, y al transcurrir muy poco tiempo desde su producción hasta su llegada al consumidor.
  • Tiene un efecto positivo en la economía cercana al consumidor, puesto que favorece el desarrollo sostenible de los productores locales y el aprovechamiento de tierras para producir alimentos.
Cómo hacerse "localtariano"
Convertirse en "localtariano" es una opción personal, por lo que cada consumidor decide dónde ponerse los límites, teniendo en cuenta las posibilidades. Para empezar, hay que establecer la frontera entre lo "local" y lo "foráneo". Algunos se circunscriben a un área geográfica, ya sea una provincia, un condado, o incluso un país.
Otros "locálvoros" delimitan una distancia concreta, y así hay quien sólo consume productos elaborados en un radio de 160 kilómetros (km), y otros que lo amplían hasta los 400 km. Por su parte, algunos sólo consideran local lo producido en su comunidad de vecinos, mientras que los "locálvoros" más estrictos únicamente consumen los alimentos producidos por ellos mismos.
- Imagen: bethany 
-Asimismo, puede haber otros factores que diferencien al tipo de "localtariano". Por ejemplo, dentro de los "localtarianos" puede haber omnívoros, vegetarianos o veganos, o personas que consuman un producto fuera de su ámbito local siempre que sea elaborado de forma ecológica y solidaria.
En cualquier caso, lo más importante es llevar una dieta sana y equilibrada, por encima del elemento local. Por ello, se puede acudir a una fórmula mixta, que incluya productos de fuera cuando no quede más remedio.
A la hora de consumir productos locales o cercanos a su residencia, el consumidor puede fijarse en las etiquetas que marcan su origen, o acudir directamente a los productores de su entorno. Y para conocer qué productos se encuentran en plena temporada, la guía de los alimentos de CONSUMER EROSKI ofrece los calendarios de pescados y mariscosfrutas y hortalizas y verduras. Otro consejo interesante es congelar o embotar una parte de los productos de temporada, de manera que se pueda disfrutar de ellos en otros momentos del año.
Por otra parte, el consumidor puede convertirse en productor, por lo menos de algunos de sus alimentos. En caso de no contar con un jardín o una pequeña parcela de terreno, puede acudir por ejemplo a los cada vez más numerosos huertos urbanos de las grandes ciudades.
Ejemplos de organizaciones
En algunos países, el "localtarismo" gana cada vez más seguidores. En Estados Unidos se pueden encontrar diversos colectivos más o menos estructurados, libros como "The 100-Mile Diet" u "Omnivore's Dilemma" y webs como 100MileDiet, que detallan las ventajas de "comer local para un cambio global". Asimismo, los programas de apoyo a la agricultura comunitaria ayudan a los granjeros locales que ponen en venta sus productos a los consumidores locales.
- Imagen: Oquendo -
Algunos casos son particularmente llamativos: el colectivo "Nuestras Raíces", con sede en Holyoke, Massachusetts, reúne a un grupo de personas de origen portorriqueño que plantea el cultivo local como una forma de salir de la pobreza, en una zona degradada por la depresión industrial. Por su parte, la organización "Replanting New Orleans" replanta, haciendo honor a su nombre, cultivos que permitan a esta ciudad superar los daños provocados por el huracán Katrina y su delicada situación económica.
En otros casos, los "localtarianos" se organizan en torno a un producto. Por ejemplo, el grupo "Backyard chickens" propugna la cría de gallinas junto a las viviendas urbanas. Para ello, informan a los interesados de los lugares donde se permite (algunas ciudades lo prohíben por considerarlo demasiado ruidoso), reúnen apoyos para su difusión, explican dónde comprar el gallinero o incluso cómo construirlo.
Por su parte, en el Reino Unido también se pueden encontrar organizaciones de "locálvoros" y programas que ofrecen becas y subvenciones para proyectos que desarrollen la producción local.

02 abril, 2013

Las tortillas sin huevo de gallina, para los casos de necesidad


Lo que sigue está sacado del libro "Cocina de recursos de Ignacio Domenech, publicado en 1941 en Barcelona. En este libro el autor narra las dificultades para encontrar alimentos durante los años 1937/1938.
Este libro se ha reeditado  hace un par de años y el ISBN es 9788497046084.
El libro en si, es muy interesante y su lectura amena e instructiva.

Copio lo que aparece en la pagina 87 y siguientes sobre Las tortillas sin huevo de gallina, para los casos de necesidad

"En Barcelona y provincias españolas, durante los años 1937-1938, la inmensa ma­yoría de los ciudadanos no podíamos gastamos 40 o 50 duros para adquirir una docena de huevos y tuvimos que prescindir a toda prisa de tan precioso material que nos proporcionan las simpáticas gallinas, salvo en los casos que lo necesitaran los enfermos.

14 marzo, 2013

Hipofagia

Este escrito ha salido de las manos de Miguel A. Román. 
Esta persona, con una vasta cultura en todos los campos y como no, en la gastronómica es un maestro, publica todos los meses el día 12, un articulo que aparece en  Libro de Notas,  verdaderamente yo disfruto y espero al día 12 para leer su articulo. Les recomiendo se suscriban a su pagina y así no perderán ninguno de sus bien documentados artículos. Lo que sigue es transcripción integra de su escrito, que también lo pueden leer en este enlace a su árticulo.


Hipofagia
Cuenta la leyenda que las hordas tártaras (mongoles en realidad) que acosaban las fronteras orientales rusas tenían la costumbre de poner trozos de carne sobre el lomo de su caballo para que, machacada por las largas cabalgadas y macerada con el sudor de animal y jinete, quedara reblandecida y se la comían tal cual. Supuestamente sería ese el origen del “tartar”(solomillo picado crudo, solo aliñado con ingredientes diversos) y antepasado de la hamburguesa.

06 febrero, 2013

El pan y la fermentación en la Baja Edad Media en Al-Andalus

Fragmento del libro Al-Andalus, La cocina y su historia de L. Benavides 
El libro que menciono es muy interesante y su lectura muy instructiva.
Entre parentisis mis pobres comentarios.

EL PAN Y LA FERMENTACIÓN
Los fermentos que se han utilizado como levadura han ido variando con el correr del tiempo. Plinio el Anciano menciona como levadura un fermento hecho con espuma de cerveza. Los Griegos, que no fabricaban esta bebida usaban harina de mijo mezclada con zumo de uva y dejaban fermentar o simplemente una papilla de trigo que dejaban agriar, (Los egipcios introdujeron hacia el año 2600 a.C. fueron los que introdujeron la técnica de la fermentación).